El profesor Biberstein (V, 1921-VIII, 1997) influyó de manera importante en la formación de matemáticos mexicanos en la Escuela Superior de Física y Matemáticas del Instituto Politécnico Nacional en la Ciudad de México, a lo largo de 27 años, desde 1970.
Al gran talento matemático del profesor Biberstein, se añadían rasgos diversos que, efectivamente, ocasionaron que muchos de sus alumnos modeláramos en él al prototípico matemático ejemplar: esmero y claridad en la presentación de sus cursos y conferencias, localización ``natural'' de nuevos resultados y formulación de nuevas demostraciones de resultados ya conocidos, amplia cultura general, conocimiento profundo de los clásicos de la literatura y de la música, amistad sincera y desinteresada y un finísimo trato. Desde el punto de vista de los criterios actuales de valoración del trabajo matemático impuestos en nuestro medio, acaso el profesor Biberstein no obtendría las máximas calificaciones. Ciertamente, ocupado principalmente en la enseñanza y en la supervisión de sus alumnos, podría pensarse que se dedicaba exclusivamente al trabajo docente. Mas no era así: sus textos contienen muchos resultados originales, frutos de su trabajo de investigación. Sus cursos, pues, fueron su medio de comunicación. Ponderaba tanto la solidez en la formación de un matemático, que en algunas ocasiones nos marcaba un freno a sus alumnos pues, por citar a un clásico, ``queríamos volar, cuando aun no sabíamos andar''.
En el presente esbozo he de disculparme ante el lector, pues seguramente mi presentación estará sesgada desde mi perspectiva de exalumno del profesor Biberstein, más que de una perspectiva de colega suyo, para mí un honrosísimo trato que él tuvo a bien dispensarme.