La teoría tradicional del silogismo trata de fórmulas correspondientes a los esquemas siguientes:
Un silogismo consiste de dos premisas y de una conclusión. Ambas premisas contienen un predicado común, que no aparece en la conclusión, la cual ha de ser una consecuencia lógica de las premisas.
El sujeto de la conclusión es el término menor
del silogismo, el complemento de la conclusión es el término
mayor y el predicado común a las premisas es el término
medio. Por la colocación de los términos menor,
medio y mayor, los silogismos se clasifican en cuatro figuras,
las cuales se bosquejan en la tabla 1.
: Término menor. : Término medio. : Término mayor. |
Ahora bien, atendiendo a los esquemas de las premisas y de la conclusión, los silogismos se clasifican en modos. En principio, podría formarse hasta modos distintos, los que multiplicados por las 4 figuras proporcionarían hasta silogismos posibles. Sin embargo, es bien sabido que sólo 24 silogismos son lógicamente válidos.
Cada silogismo válido se identifica con una palabra mnemotécnica que es un nombre latino, y esta convención se remonta a la Edad Media. En cada nombre, la primera vocal indica el esquema de la primera premisa, la segunda vocal el de la segunda premisa y la tercera vocal el de la conclusión. Hay cuatro silogismos correctos correspondientes a la primera figura, cuatro a la segunda, seis a la tercera y cinco a la cuarta. Estos dan diecinueve silogismos en los que la conclusión está cuantificada universalmente. Los cinco silogismos restantes son versiones existenciales en la conclusión de cinco anteriores.
Los diecinueve primeros silogismos correctos aparecen clasificados por figuras en los siguientes versos latinos:
Barbara, Celarent, Darii, Ferioque prioris;Los cinco modos restantes son Barbari y Celaront en la figura 1, Cesaro y Camestrop en la figura 2 y Camenop en la figura 4. Por si fuera poco el ingenio de quienes asignaron estos nombres, se tiene que las consonantes en cada nombre son también claves mnemotécnicas para transformar silogismos de las demás figuras en correspondientes silogismos equivalentes de la figura 1 (obsérvese que todos los nombres comienzan sólo con B, C, D y F).
Cesare, Camestres, Festino, Baroco secundæ;
tertia Darapti, Disamis, Datisi, Felapton;
Bocardo, Ferison habet. Quarta insuper addit
Bramantip, Camenes, Dimaris, Fesapo, Fresison.
Como meros ejemplos, formalicemos en el cálculo de predicados
a un silogismo de cada una de las cuatro figuras. Consideremos pues: