Gracias al último teorema y el teorema 1.3.2 sobre la unicidad esencial del álgebra exterior estamos en posición de precisar la estructura de una álgebra exterior arbitraria sobre un espacio vectorial de dimensión finita.
Sean un espacio vectorial de dimensión finita sobre un cuerpo conmutativo y una base arbitrariamente elegida en . Sea G el álgebra de Grassmann sobre asociada con dicha base. designará la inyección canónica. La multiplicación en G la designaremos aquí por el símbolo . Por el teorema 1.3.3 es un álgebra exterior sobre . Consideramos también un álgebra exterior sobre construída de cualquier manera. La notación para un álgebra exterior es actualmente clásica. La multiplicación en el álgebra la designamos por el símbolo . Seguiremos llamándola MULTIPLICACIÓN EXTERIOR.
Por el teorema 1.3.2 existe un único isomorfismo del álgebra G sobre el álgebra tal que:
Una vez para siempre convenimos en identificar el subespacio vectorial del álgebra con , vale decir todo elemento
de con . Mediante este convenio
el espacio vectorial llega a ser un subespacio vectorial del álgebra . Dado que un convenio análogo ya fue hecho para en §1, la relación (21) reza ahora simplemente:
y
vale la regla:
La relación (24) afirma que la multiplicación de un elemento de por un elemento es un caso particular de la multiplicación exterior. En particular es el elemento uno del álgebra .
Sabemos que los elementos y
, constituyen una base de G. Puesto que y
, vemos que, cualquiera que fuese la base
de , los elementos y
,
constituyen una base de .
De esto se sigue:
es el subespacio vectorial de G engendrado linealmente por el conjunto de todos los productos
con
. Designamos por
el subespacio vectorial de engendrado linealmente por el conjunto de todos los productos
con
. Ponemos por definición:
Al poner
seguiremos escribiendo
por
como lo hacíamos para el álgebra de Grassmann. Los elementos
obedecen a la tabla de multiplicación
En efecto, según el teorema 1.3.2 esta última es esencialmente única, en particular ya independiente de la elección de cualquier base de . Está pues ligada ``canónicamente'' con .
El recurso de la ``propiedad universal'' nos sirvió precisamente para liberarnos de la molesta dependencia de bases en la definición inicial. El éxito fue completo. Como dirían familiarmente algunos matemáticos, todo parece indicar que el álgebra exterior no es una creación artificial sino que ``existe en la naturaleza''.
Esta impresión se corrobora mucho por el simple e importante:
Demostración