Debemos recordar, antes de otra cosa, los resultados relativos a los puntos dobles de multiplicador inferior, en módulo, a la unidad a los que llamaremos
puntos dobles atractores; regresando, para más detalle, a las investigaciones ya citadas de M. Knings. Sea
un punto doble atractor en la vecindad del cual
puede desarrollarse en serie de Taylor:
Existe un número y un número
comprendido entre
y
tal que de la desigualdad
se deriva
De lo cual se obtiene que, estando en el cículo
de radio
y de centro
, su
-ésimo consecuente tiende uniformemente hacia
para
infinito. Además, si
, la relación
tiende uniformemente hacia una función
holomorfa en
y satisfaciendo la ecuación funcional de Schröder
con las condiciones ,
. El cambio de variable
que equivale a la representación conforme y biunivoca en la
vecindad de
, permite llevar la sustitución
a la
forma canónica
. De lo anterior deducimos
Del grupo de substituciones lineales
, siendo estrictamente discontinuo en todo dominio limitado que no encierra el punto
,
deduciremos que el grupo
no es estrictamente discontinuo en toda corona comprendida entre dos círculos de radio suficientemente pequeño.
Lo mismo sucede en todos lo dominios antecedentes de este dominio coronal.
Consideremos ahora el caso de un punto doble de multiplicador nulo. Podemos, por una transformación lineal simple, regresar la substitución a la forma
con el punto doble en el origen. Consideremos entonces un círculo
con centro en el origen y de radio suficientemente pequeño para contener en su interior los consecuentes de todos los puntos y para que, por otra parte,
la funcion
no posea más que un solo cero en el origen. Las funciones
son entonces, holomorfas en este círculo;
el radical es elegido de manera que el término principal en el origen sea igual a
. Decimos que estas funciones convergen uniformemente hacia una función holomorfa en
. Establezcamos, en efecto,
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de lo que se obtiene
llamando a la función holomorfa
Por otra parte, evidentemente tenemos
Es suficiente entonces, probar la convergencia uniforme del producto infinito
cuyo término general es
, es decir, de la serie cuyo término general es
,
tomando la determinación del logaritmo la cual es nula en el origen. Como
tiende uniformemente a cero cuando
está en
y lo mismo sucede para
, tendremos, a partir de un cierto rango
,
y
Debido a que
de lo anterior obtenemos
Luego entonces, la convergencia uniforme de la serie
se demuestra inmediatamente, estando los
limitados en su conjunto y decreciendo más rápido que los términos de una progresión geométrica convergente. Vemos finalmente que la serie de funciones
converge hacia una función holomorfa
en
cuyo desarrollo en serie de Taylor alrededor del origen comienza por un término igual a
. Si
designa esta función límite,
tenemos2.1
de donde
La existencia de esta función parece haber sido demostrada por
primera vez por M. Böttcher; dicha función desempeña un rol análogo a aquel de la función de Schröder2.2 para el caso de
. Si establecemos
, obtenemos una representación conforme y biunívoca de un
círculo de centro O del plano
sobre un dominio del plano de los
rodeando el origen y la substitución
es llevada nuevamente a la forma canónica:
. Podemos llamar
puntos asociados a dos puntos que tienen igual el consecuente de rango
; en el plano de los
, los asociados de un punto
son los puntos
que aunque damos a los enteros
y
todos los valores positivos, forman un conjunto denso sobre toda la circunferencia de
radio
teniendo su centro en el origen. Si regresamos al plano de
la variable
vemos que, en un cierto dominio entorno al origen, los asociados de un punto son densos sobre una curva cerrada analítica
que pasa por este punto. Como dos puntos asociados son equivalentes respecto
al grupo
(
) se sigue que este grupo no es estrictamente discontinuo
en un cierto dominio entorno del origen y, por consecuencia, también
en todos los dominios antecedentes, es decir en definitiva en todo dominio cerrado en el cual los
convergen uniformemente hacia un punto doble de multiplicador nulo. Existe entonces, desde este punto de vista, una diferencia esencial entre los puntos dobles de multiplicador nulo y los puntos dobles atractores de multiplicador no nulo.
Daremos ahora algunas indicaciones sobre las curvas analíticas invariantes
pasando por un punto doble atractor. Si el multiplicador no es nulo, somos llevados a buscar las curvas analíticas invariantes mediante la substitución , y que pasan por el origen; si
es real, las rectas que pasan por el origen responden a la cuestión y son las únicas curvas regulares en el origen que gozan de esas propiedades. Les corresponde en el plano de la variable
un haz de curvas analíticas pasando por el punto doble, regulares en ese punto e invariantes bajo la substitución
. Si, por el contrario,
es imaginaria, no existe curva regular en el punto doble que responda a la cuestión, sino solamente curvas analíticas para las cuales este punto es un punto singular aislado, las más simples son aquellas que corresponden a las espirales logarítmicas del plano de la variable
representadas por la ecuación
, donde
designa una variable real en
un punto fijo cualquiera, las curvas correspondientes del plano de las
son igualmente las espirales que tienen el punto doble por punto asintótico.
En el caso , somos llevados al estudio de curvas invariantes mediante la substitución
. Hay
curvas regulares en el origen, que responden a la cuestión; estas son las rectas de argumento
. Existen, además, espirales logarítmicas invariantes que tienen el origen por punto asintótico y cuya ecuación en coordenadas polares es
siendo una constante real arbitraria,
un entero al cual basta dar los valores
. Regresando a la variable
concluiremos con la existencia de
curvas analíticas invariantes, regulares en el punto doble y cuyas tangentes en este punto forman un haz isogonal, estas son las únicas curvas invariantes que son regulares en el punto doble. Hay, además,
haces de curvas. Existen, además,
haces de curvas espirales invariantes que tienen el punto doble por punto asintótico y cuyas ecuaciones se escriben simplemente con ayuda del módulo y del argumento de la función
.
Consideremos ahora un ciclo de puntos
de multiplicador más pequeño, en módulo, que la unidad; sean
un pequeño dominio circular de centro
;
los dominios consecuentes que encierran respectivamente los puntos
. Si el diámetro de
es suficientemente pequeño, los dominios
son encajados unos en otros; lo mismo sucede para
y en general de
. Además, el diámetro de
tiende a cero con
, de suerte que
siendo interior a uno de los dominios
,
converge periódicamente y de manera uniforme hacia el sistema de las
constantes (
). Si el multiplicador no es nulo, demostramos que existe un sistema de
funciones holomorfas respectivamente en los dominios
y de derivadas no nulas en estos puntos que satisfacen las ecuaciones funcionales
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de donde
Todo lo anterior supone a definida y uniforme en todo el plano, por ejemplo racional. Este resultado se deduce fácilmente de la ecuación de Schröder en el caso de un punto doble, señalando que los puntos
son puntos dobles de la substitución
.
Ahora vamos a estudiar la iteración de una substitución uniforme en la vecindad de un punto doble de multiplicador igual, en módulo, a la unidad, comenzando por el caso más simple, aquel de . Este estudio ha sido realizado por M. Leau en su Tesis; vamos a retomar su análisis bajo una forma diferente y completar, sobre muchos puntos, los resultados obtenidos por este eminente geómetra.
Sea un punto doble en la vecindad del cual tenemos
Primero nos situaremos en el caso donde no es nulo (con esta condición demostramos muy fácilmente el caracter de invariancia) y para mayor comodidad asumiremos que
está confinada al infinito por una transformación homográfica previa.
Tendremos entonces
Siempre podemos orientar los ejes de manera que sea real y positiva. Finalmente existe interés en estudiar el caso un poco más general donde la substitución es de la forma
siendo una función que puede tener un punto crítico en el infinito, pero tal que
Además el infinito, para esta función, es un punto singular aislado. Sea el radio de un círculo
de centro
tal que
sea holomorfo y uniforme en el dominio
exterior a dicho círculo donde hemos trazado un corte del punto
al infinito negativo siguiendo el eje real. Sea
un punto de este dominio y busquemos en que condición los consecuentes sucesivos de
, estarán aún contenidos en el mencionado dominio. Llamemos
al módulo máximo de
en este dominio; si
es suficientemente grande, tendremos
, que es lo que supondremos. El punto
está en el interior de un círculo de centro
y de radio
2.3;
es exterior a este círculo. Si este círculo es interior al dominio
, el punto
se encontrará en el interior de un segundo círculo teniendo por centro
y por radio
; en general, el punto
será interior al círculo de centro
y radio
, siempre que todos los círculos precedentes sean interiores a
. Todos estos círculos están comprendidos en el ángulo de dos semirectas resultantes del punto
y haciendo con
un ángulo agudo
cuyo seno es igual a
(figura I).
Para que la condición buscada esté completa, basta que este ángulo no tenga ningún punto en común con . Los puntos
para los cuales así es, son interiores al dominio
definido como sigue: tracemos las dos tangentes al círculo
que hacen con
ángulos iguales a
y que se cortan sobre la parte positiva de
; sean
,
las partes de estas tangentes comprendidas entre los puntos de contacto y el infinito hacia las
negativas; el dominio
está limitado por
,
, el arco
y se extiende al infinito hacia las
positivas (figura I). Enseguida podemos hacer crecer el radio de círculo
desde su valor inicial
hasta el infinito; tendremos, en virtud de las hipótesis hechas sobre
:
para todos los valores de de radio comprendido en el intervalo
. Como podemos reemplazar el máximo
de
por un número más grande, podemos definir constantemente la inclinación
de la recta
por la fórmula
Esta recta, que tiene por ecuación
incluye un arco de curva parabólica cuyo radio de curvatura
no cambia de signo, pues tiene por expresión
o, en virtud de la relación entre
y
,
cantidad esencialmente positiva. La curva es entonces convexa. De lo cual podemos deducir que el dominio total, suma de los dominios análogos a , cuando hacemos variar
, está limitado por los dos arcos parabólicos
,
extendiendose al infinito por la izquierda, los dos segmentos de recta
,
y el arco del círculo
(figura II).
Sea el dominio así limitado y extendiendose hacia la derecha. Vamos a mostrar que los consecuentes de un punto de
tienden hacia infinito, siendo la convergencia uniforme en todo dominio cerrado
interior a
y limitado hacia las
negativas. El dominio
, según la manera en que ha sido obtenido, contiene los consecuentes de todos sus puntos, igual que los dominios
; además, todo dominio tal que
forma parte de un dominio
; finalmente, en todo el dominio
, los módulos de las cantidades
permanecen inferiores a un número fijo
inferior a
. Hechas estas observaciones, la proposición anunciada es inmediata. Tenemos en efecto,
de donde
y, tomando las partes reales de los dos miembros,
Como la parte real de queda comprendida entre
y
y además por otra parte, en
tenemos
, con
finita y positiva, obtenemos de la igualdad precedente
y esta última expresión es infinita positiva al mismo tiempo que , ya que
. Entonces
y
tienden uniformemente hacia infinito cuando
está en
. Podemos señalar que tendremos, a partir de un cierto rango,
, si
; podemos también escribir
para todos los valores de
, siendo
una constante. Es entonces fácil obtener el valor asintótico de
, pues según la igualdad
tendremos
ó
siendo una cantidad uniformemente acotada. De lo que resulta, suponiendo
,
siendo uniformemente acotada. Si el dominio
es acotado, también podemos escribir
siendo siempre uniformemente acotado;
tiene entonces por valor asintótico
y el argumento de
tiende uniformemente hacia cero. Para
las dos últimas fórmulas permanecen exactas si reemplazamos
por
(logaritmo neperiano de
).
Es importante precisar más, la expresión asintótica obtenida en la hipótesis de . De una manera más precisa, supondremos
Establezcamos
Reemplazando y
por expresiones en la ecuación
obtenemos
En el segundo miembro, el primer término es el término general de una serie numérica absolutamente convergente; tenemos, en efecto,
El segundo término es el de una serie uniformememte convergente en el dominio acotado , ya que puede ser escrito
y por tanto
con y
independientes de
y de
; este término es entonces comparable a
, término general de una serie convergente.
La misma observación para el tercer término, ya que tenemos
Como tenemos
tiene un límite para
infinito que es la suma de una serie uniformemente convergente de funciones holomorfas en
el cual es entonces él mismo una función en
. Si
designa esta función, holomorfa en todo punto interior a
, podemos escribir
Cambiemos por
y
por
, en esta desigualdad, con lo que tenemos
Cercenando miembro a miembro y pasando al límite, obtenemos la ecuación funcional
que es la ecuación de Abel.
Así la ecuación de Abel, relativa a la substitución , es satisfecha por una función
holomorfa en
, para la cual el punto en el infinito es además un punto singular transcendente.
Señalemos de inmediato que si tiene simplemente como singularidad un polo en el punto al infinito, podremos elegir el círculo
suficientemente grande para que el exterior de este círculo
no tome más que una sola vez cada valor; lo mismo sucederá en el dominio
para las funciones iteradas, y por consecuencia también para las funciones
siendo el límite uniformemente alcanzado de estas últimas funciones, también no tomará más que una vez cada valor en
2.4. Vamos a estudiar los valores asintóticos de esta función cuando
tiende al infinito permaneciendo en un dominio
acotado hacia las
negativas, por ejemplo en el dominio definido por
. Tendremos en estas condiciones
con
designando un (término) infinitamente grande que es a lo más del orden de
. Para el denominador, señalemos que tenemos por definición
Enseguida tenemos
de donde
La serie converge uniformemente en el dominio no acotado
y representa una función acotada en ese dominio; podemos entonces ignorarla. Podemos por otra parte reemplazar
por
, puesto que la diferencia de estas dos cantidades tiende a una constante finita. Podemos por último ignorar el factor
y somos llevados a estudiar la función representada por la serie
(suprimiendo el primer término en ).
Podemos admitir que los van creciendo con
2.5, es decir (dado que el dominio
contiene sus consecuentes) siempre tenemos
. Vemos fácilmente, por una representación geométrica, que esta condición será cumplida si
ó
Como tenemos
, basta que tengamos
. Supondremos entonces, para simplificar el análisis siguiente, que tomamos
. Así que
van creciendo con
.
Sentado lo anterior, podemos escribir
Pero, en virtud del parágrafo precedente, tenemos
los siendo uniformemente acotados cuando
está en
. La serie que define
se descompone en dos
Como tenemos
y
, la segunda serie representa una función de
acotada (inferior a
, cantidad finita). Basta entonces considerar la primera.
Establezcamos
siendo el entero la parte entera de
. La primera suma parcial es inferior en módulo a
, puesto que
; luego entonces
es igual, ignorando las cantidades acotadas, a
ó a
. La segunda suma parcial es inferior en módulo a
cantidad acotada ya que
tiende a
.
Obtenemos entonces finalmente
con constante finita positiva y, lo que viene a ser lo mismo que,
En el caso particular donde , igual obtenemos
Vamos a demostrar ahora que, aunque tiende hacia el infinito permaneciendo siempre en el mismo dominio
considerado anteriormente, la derivada
tiende hacia la unidad. Admitiremos que
es desarrollable en serie ordenada según las potencias decrecientes de
:
ciertos exponentes pudiendo además no ser enteros, aunque siendo el segundo miembro derivable término a término,
Para no descartar el caso de , llamemos
la primera potencia de
cuyo coeficiente no sea nulo en ese desarrollo. Para valores grandes de
,
estará comprendido entre
y
siendo
y
constantes finitas positivas2.6 con
al menos igual a
. Tendremos entonces
Luego entonces es el límite de
para
infinito y tenemos
y por consecuencia todos los
siendo asumidos suficientemente grandes para que las desigualdades precedentes sean aplicables, tendremos
tiene entonces un valor comprendido entre aquellos dos productos infinitos
y, para probar que tiende a
para
infinito, basta probar que la suma de la serie
tiende a cero con
. De lo anterior resultan desigualdades bien conocidas
donde las están comprendidas entre
y
. Luego entonces este último punto es muy fácil de establecer, pues si dividimos esta serie en dos partes como anteriormente
Relativamente a esta demostración y a aquella que precede, señalemos que el resultado subsiste si tiende hacia el infinito pemaneciendo en un dominio
interior a
y acotado hacia los
negativos, sin que sea necesaria la condición suplementaria
impuesta a la frontera inferior de las
de los puntos de
. Pues el
-ésimo consecuente de algún dominio de
será siempre interior a un dominio
que satisface esta condición suplementaria siempre que
sea suficientemente grande, y las ecuaciones funcionales
muestran que las funciones y
satisfacen las proposiciones límite que acabamos de examinar, la longitud de un camino
, si satisfacen las proposiciones límites la longitud del camino consecuente
. Por ejemplo, si
tenemos
que puede ser escrito
, puesto que
y
no difieren más que por una cantidad acotada.
Ahora vamos a estudiar, en un dominio , las curvas invariantes para la substitución dada. Supongamos
regular en el infinito. En estas condiciones podemos tomar a
suficientemente grande para que, en el dominio cerrado
tienda uniformemente hacia el infinito;
la función
de Abel no tome más que una sola vez cada valor;
la parte real de
sea positiva (puesto que tiende hacia
cuando la parte real de
tiende hacia
). Si establecemos entonces
, obtenemos una representación conforme y biunívoca del dominio
sobre una región simplemente conexa y no acotada del plano de las
, teniendo por frontera la curva
que corresponde a la recta
. Esta curva
es cortada en un punto y en uno solo por toda paralela al eje de las
; en efecto, sea
La curva es representada por
En razón de la expresión asintótica
,
toma valores infinitamente grandes al mismo tiempo que
es del mismo signo;
toma entonces todos los valores reales cuando
crece de
a
. Si
estuviera cortada en dos puntos por una paralela al eje de las
, tendríamos en estos dos puntos
Tendríamos entonces, para un valor comprendido entre
y
,
lo que es imposible, ya que
permanece positiva sobre la recta
. Vemos también que la dirección límite de la tangente a
, cuando se aleja al infinito, es paralela al eje de las
, puesto que tenemos sobre esta curva
y esta relación tiende al infinito con puesto que el numerador tiende a
y el denominador hacia cero. Esta curva
particiona entonces el plano de las
en dos regiones, una de las cuales es
, aquella se extiende al infinito hacia las
positivas, corresponde al dominio
. En el haz de las rectas paralelas al eje de las
en
corresponde en
un haz de curvas invariantes para la substitución
. Estas curvas tienen por ecuación
const. Pasa una y sólo una curva por cada punto de
y se extienden desde la recta
hasta el infinito. Tenemos sobre esas curvas
no es entonces jamás infinita y tiende a cero cuando nos alejamos al infinito sobre la curva; la dirección límite de la tangente es entonces paralela a
. Dicha tangente contiene naturalmente los consecuentes de todos los puntos y también los antecedentes hasta un cierto rango; estos puntos corresponden a los puntos
del plano de las
, tomando
todos los valores enteros positivos (lo que da los puntos homólogos de los consecuentes de
) y ciertos valores negativos para los cuales
permanece interior a
(lo que da los homólogos de los antecedentes de
interiores a
). Esta representación da inmediatamente el medio para definir
para los valores no enteros de
. Basta substituir en el grupo discontinuo de translaciones
, el grupo continuo de las translaciones representadas por la misma fórmula, siendo
un parámetro continuo. Resolvemos así el problema de la iteración analítica. En efecto, sea
la función inversa de
que da la representación conforme de
sobre
. De la ecuación de Abel
deducimos
Esta última igualdad permite definir para un
cualquiera a través de una función analítica de
y de
. Tendremos siempre
puesto que los dos miembros de esta igualdad designan dos puntos que tienen por homólogos, en el plano de las ,
es decir el mismo punto.
Ahora examinemos como se desarrollan las cosas cuando el punto doble de multiplicador
[con
] está a una distancia finita. Podemos suponer
y
estando orientados los ejes de manera que sea real y positiva. El cambio de variables
nos lleva a la forma
Basta entonces aplicar los resultados del parágrafo precedente para poder enunciar lo siguiente: Existe un dominio limitado por un contorno simple, formado por ejemplo de arcos analíticos, y presentando en
un punto reentrante2.8 con una tangente dirigida siguiendo la parte negativa del eje real que goza de la propiedad de que los consecuentes de un punto de
(incluidos los puntos frontera junto con el origen) son interiores a
y tienden hacia el origen cuando el índice de iteración crece indefinidamente; la convergencia es uniforme en todo dominio cerrado interior a
cuya frontera no contiene el origen. Existen además otros dominios
formados, por ejemplo, por el interior de un círculo tangente en
al eje imaginario del lado de las
positivas, y gozando de las mismas propiedades que
, la convergencia uniforme de los consecuentes de un punto que tiene lugar además para todo el dominio cerrado
(incluido el origen).
Si aplicamos estos resultados a la función inversa de , o más exactamente a la rama de la función inversa nula en el origen y representada por la serie
obtenemos un resultado análogo, a aquel excepto que los dominios y
que reemplazan a
y
tienen una disposición simétrica de estos últimos con relación al origen; estos son dominios de convergencia simple o uniforme para los antecedentes de un punto obtenidos a través de la rama de la función
que acabamos de definir (figura III).
Los dominios y
tienen en común dos sectores de ángulo en
el vértice
en los cuales los
convergen hacia cero (uniformemente o no), mientras que los
convergen uniformemente hacia cero. De igual manera
y
tienen en común dos sectores de ángulo en el vértice
en los cuales los
convergen uniformemente hacia cero, mientras que los
convergen hacia cero (uniformemente o no).
Los consecuentes de un punto de están distribuidos sobre las curvas invariantes tangentes en
en el eje real del lado de las
positivas; observación análoga para los antecedentes.
Los tienen por expresión asintótica
siendo una función holomorfa en el interior de
, que satisface la ecuación de Abel
Si tiende hacia el origen permaneciendo en el interior del círculo
, tenemos
Ahora vamos a estudiar el caso de un punto doble para el cual tenemos
Llevando este punto al origen, tenemos
Se asume que los ejes están orientados de manera que sea real y positiva. Cambiando
y
por
y
de manera que confinemos al punto doble al infinito, tenemos
de lo que se obtiene
Con ordenada, a partir del tercer término según las potencias negativas descendentes de
cae nuevamente en la categoría de las funciones estudiadas en el parágrafo 8 que dan lugar a un algoritmo convergente en un dominio
que hemos descrito y que deja en su exterior la parte negativa del eje real. Si
varía en este dominio, su argumento varía entre
y
límites excluidos, y las
determinaciones de
quedan respectivamente en el interior de
sectores de vértice
de ángulo
. Elijamos una de estas determinaciones, por ejemplo aquella cuyo argumento está comprendido entre
y
, y llevemos este valor de
a la fórmula
que equivale a
, llamando
a la determinación que acabamos de elegir
. Con
interior a
admite una determinación cuyo argumento está comprendido (límites excluidos) entre
y
como aquel de
. Tenemos entonces para esta elección del radical
siendo una raíz
-ésima de la unidad. Decimos que
. En efecto, si
, permanece interior a
, se aleja hacia el infinito, por ejemplo siguiendo la parte positiva del eje real; de la forma
se obtiene que
llega a ser infinito con el mismo argumento límite que
. Es decir cero. Por otra parte,
y
tendrán argumentos límites iguales a
según la elección. Por último según la forma de
,
tendrá el mismo argumento límite que
. Entonces finalmente con
y
teniendo el mismo argumento límite, tenemos
, es decir
, cumpliendose esta igualdad mientras
esté en
. Si ahora calculamos poco a poco:
tomando siempre en los segundos miembros los valores de
cuyos argumentos pertenecen al mismo intervalo
,
tendremos también
siendo
los valores seleccionados para
. Luego entonces los
así calculados convergen hacia el infinito en el dominio
, los
convergen hacia el infinito en los
dominios distintos que se derivan de
por la transformación
.
Podemos además llevar el punto doble a una distancia finita. Obtenemos así dominios de convergencia congregados en torno al origen teniendo cada uno como frontera una curva formada de arcos analíticos que tienen en
un vértice de ángulo
. Cada uno de estos dominios encierra en su interior los consecuentes de todos sus puntos, comprendidos los puntos frontera además del origen. En el interior de estos dominios de convergencia elementales que corresponden a
, encontramos además otros que corresponden a
(parágrafos 8, 9, 10); estos dominios igualmente congregados en torno al origen presentan en
un vértice2.9 de ángulo dos veces menor que
y de igual bisectriz que los precedentes; en estos dominios la convergencia de las
es uniforme (frontera incluida). Por último, si reemplazamos
por la rama de la función inversa representada por la serie
obtenemos un ensamblaje análogo de dominios de convergencia simple o uniforme y
que ofrecen una disposición parecida a aquella de los dominios
y
por una rotación de
; las bisectrices de los ángulos en
de los dominios del primer ensamblaje coinciden con las tangentes en
a las curvas límites de los dominios del segundo. Los dominios
de convergencia simple relativos a los consecuentes de un punto y los dominios
de convergencia uniforme relativos a los antecedentes tienen aún sectores comunes de ángulo en el vértice
, en total siendo
. Igual para los dominios
y
.
Señalemos finalmente que tendremos para las , cuando
está en un dominio
, una expresión asintótica de la forma
Damos (figura IV) una figura esquemática del conjunto de
los diversos dominios
en el caso de
. Daremos frecuentemente a este ensamblaje de dominios el nombre de estrella relativa o punto doble. Es bueno señalar a propósito de esta estrella:
que los dominios que la componen son interiores a un círculo cuyo radio puede ser tomado tan pequeño como se requiera;
que la forma y la naturaleza de las curvas que les limitan pueden ser variadas de una infinidad de maneras sin tener la menor importancia. Falta solamente tener en cuenta el hecho de que son simplemente conexas y la medida de los ángulos que representan en el punto
.
El análisis precedente no da una expresión asintótica de las quienes permiten demostrar la existencia de una función que satisface la ecuación de Abel. Para conseguirlo haremos preceder el empleo de la transformación conforme
de otra transformación destinada a hacer desaparecer un cierto número de términos de
. Suponiendo en el origen el punto doble, estableceremos
y haremos el cambio de variables
De donde extraemos las expresiones de y
en función de
y
bajo la forma de serie entera comenzando por los términos
y
. Llevando estos valores a la ecuación
, obtenemos una relación entre
y
que, resuelta con respecto a
, aún será de la forma
lo que verificamos fácilmente. Buscaremos determinar las de manera que
. Escribiremos entonces a priori
es decir
Los coeficientes de las potencias de hasta
son identicos en los dos miembros; igualando los términos en
, obtenemos
. La igualdad precedente puede entonces ser escrita
Igualando los coeficientes de
en los dos miembros, obtenemos
En estas ecuaciones, los y los
son polinomios en
que dependen de los coeficientes
hasta
a lo más. Estableciendo
obtenemos de lo anterior
Obtenemos entonces poco a poco los valores de los coeficientes
. Siendo así determinados los
, el cambio de la variable
,
conduce bien a una relación de la forma
siendo convergente, el segundo miembro, en un círculo de radio no nulo, como resulta de la teoría de funciones implícitas. (Hemos cambiado el signo de para adaptarnos a las notaciones anteriormente empleadas.) Efectuamos ahora el cambio de las variables ya empleadas
,
. Obtenemos
Estamos entonces en el caso donde el desarrollo de , ordenado según las potencias descendentes de
, tiene por primer término un exponente negativo un término en
. Las consideraciones del parágrafo 10 sobre los valores asintóticos de
y la ecuación de Abel son entonces aplicables. Si
está en el dominio
, tenemos para
la expresión asintótica
con satisfaciendo la ecuación de Abel. Si
permanece en un dominio
, tenemos para grandes valores de
A estos dominios y
la transformación conforme
hace corresponder en el plano de la variable compleja
un ensamblaje de
dominios
;
cuya disposición ha sido descrita anteriormente y en los cuales las funciones
, resultando de la iteración
, convergen ya sea simplemente o uniformemente hacia cero (
)2.10 Podemos además suponer a esta estrella interior al círculo de convergencia de la serie
para la cual hacemos la inversión de la función
. A esta estrella, la transformación conforme
, regular cuando
está en este círculo, hace corresponder una estrella presentando una distribución análoga , la transformación conserva los ángulos al igual que las direcciones en torno al origen. En los nuevos dominios así obtenidos
;
; los
convergen ya sea simplemente o uniformemente hacia cero. Señalemos de paso que esta estrella no es necesariamente idéntica a aquella que hubieramos obtenido por el procedimiento del parágrafo 11, sin hacer uso de la transformación auxiliar
. Sea lo que fuere, tendremos en el dominio
por ejemplo una expresión asintótica que se obtiene eliminando las variables auxiliares entre las ecuaciones
de donde
con
A propósito de estas fórmulas, son necesarias diversas observaciones:
Para obtener la expresión asintótica explícita de
, hay que resolver la ecuación
con respecto a
a través de la serie convergente
y reemplazar por
. Podemos conservar solamente los
primeros términos del desarrollo. En efecto, con
infinitamente pequeño cuyo orden de trabajo nos es desconocido, el primer término
no es conocido más que en una cantidad cerca del orden de
o de
, es decir de un orden inferior al de
, pero además desconocido. Es entonces inútil escribir los términos en
.
Recordemos que
es el coeficiente, con signo contrario, de
en el desarrollo de
; los coeficientes
y
, por otra parte son funciones racionales de los coeficientes de
hasta el término en
.
La elección de los radicales en estas fórmulas depende de aquella de los dominios
. Señalemos además que la función de Abel
en el plano de la variable
no es en general la misma para las determinaciones de
; será la misma en el caso particular donde
no contenga términos en exponente fraccionario, es decir si
no contiene más que términos en
. Las
funciones de Abel
, relativas a la substitución
y deducidas de
por la fórmula
, están definidas y son holomorfas en los
dominios
respectivamente. En los dominios
satisfacen la condición asintótica
Demostraremos fácilmente que los dominios pueden ser elegidos de manera que no tomen más que una sola vez cada valor, y extenderemos fácilmente las propiedades demostradas en el parágrafo 9 refiriendo las curvas invariantes y la iteración analítica . Veremos por ejemplo que los consecuentes de un punto del dominio
están repartidos sobre una curva invariante teniendo por tangente en
la bisectriz del ángulo formado por el contorno de
en ese punto.
Ejemplo:
. | El punto en el infinito es un punto doble de multiplicador igual a
para el cual el entero
. Verificaremos que
converge uniformemente hacia el infinito en todo dominio acotado no conteniendo ningún punto del eje de las cantidades imaginarias. En cada uno de los dos semiplanos
y
tenemos
con satisfaciendo la ecuación de Abel
es holomorfa tanto a la derecha como a la izquierda del eje imaginario. Mostraremos que esta recta es una línea singular esencial de
, a lo que regresaremos posteriormente.
Así, dado un punto doble de multiplicador , hemos aprendido a encontrar regiones del plano para las cuales este punto es un punto frontera y en las cuales hay convergencia de los consecuentes desde un punto cualquiera hacia este punto doble. Debemos preguntarnos ahora si los puntos así obtenidos, agregando sus antecedentes, son los únicos puntos para los cuales
convergen hacia el punto doble. Estando siempre, el punto doble, confinado en el infinito,
y un punto cuyos consecuentes tienden hacia el infinito; estando los
a partir de un cierto rango en el dominio de convergencia en la serie que precede, podemos suponer que así sucede a partir de la misma
. Si establecemos
, tenemos
La parte infinitamente pequeña de tiene en general determinaciones multiples, pero no tendremos necesidad de saber de que manera hay que elegir las determinaciones de los radicales. Nos basta señalar que se puede asumir a
más pequeña, en módulo, que
cuando reemplazamos
por
.
Tendremos entonces
de donde
o, tomando la parte real de los dos miembros,
esta última expresión es infinita positiva al mismo tiempo que . Si entonces los puntos
no coinciden jamás con el punto en el infinito, permanecen a partir de un cierto rango, en sentido estricto interiores al dominio
al igual que al dominio
; podemos agregar que el argumento de
tiende a cero. Los puntos
serán entonces a partir de un cierto rango constantemente interiores a uno de los
dominios
que se deducen por la transformación conforme
; que será naturalmente siempre el mismo dominio
. Los puntos buscados son entonces, por una parte, los antecedentes del punto doble; y por otra, los puntos interiores en sentido estricto a los dominios
o
y sus antecedentes. Los puntos de la segunda categoría son cada uno el centro de un dominio en el cual hay convergencia uniforme puesto que hay convergencia unifome en los dominios cerrados
. Los puntos de la categoría, es decir los antecedentes del punto doble que son una infinidad numerable (asumiremos para mayor claridad que
es racional) no gozan de esta propiedad. Vamos a mostrar en efecto que los
no pueden formar una serie uniformemente convergente en un dominio que comprende el punto doble en su interior. Esta vez supongamos que el punto doble está en el origen. En el círculo de centro
, hay regiones donde las funciones
convergen uniformemente hacia cero. Sea
un punto interior a una de estas regiones. En un círculo
de centro
y de radio
arbitrario, existen entonces puntos
para los cuales
cualquiera que sea el entero , las funciones
no pueden entonces converger uniformemente hacia cero en
. Pero existen también regiones de
donde las
convergen uniformemente hacia la constante cero. De lo que se deduce que las
no convergen uniformemente en todo el círculo
.
Podemos demostrar la misma proposición de una manera más directa y más instructiva. Para mayor claridad siempre se asume a racional, decimos que en el círculo
de centro
y de radio
arbitrario, las
no pueden ser formadas uniformemente. Pues si lo fueran, serían holomorfas en
cualquiera que sea
; tendríamos entonces en
el desarrollo convergente (
3)
Sea el módulo máximo de
sobre la circunferencia de centro
y de radio
. Tenemos
El segundo miembro llega a ser infinito con . Entonces, en el círculo
, o bien las funciones
tienen polos, o bien toman valores infinitamente grandes con
. Por otra parte, siempre tenemos
. Entonces en un círculo cualquiera de centro
los
y, más generalmente, una serie cualquiera extraída de las
no pueden converger uniformemente.
Sucederá lo mismo para todo dominio en torno a un antecedente del punto doble. Sabemos de antemano que en ciertos dominios cerrados simplemente conexos que tienen el punto doble (o uno de sus antecedentes) sobre su frontera, hay convergencia uniforme.
Ahora vamos a estudiar lo que sucede alrededor de un punto doble cuyo multiplicador tiene por módulo la unidad con un argumento *conmensurable* a . Sea entonces
donde
, siendo
y
enteros primos entre sí. Tendremos
y en particular
Suponemos , es decir que
es el primer término no nulo que sigue al término en
; dejamos entonces de lado por el momento el caso particular donde
sería igual a
. Decimos que
es de la forma
. En efecto, en virtud de la identidad
tendremos
siendo y
series enteras. Igualando los términos en
, tenemos
de donde
Como , tenemos entonces
, y como
es raíz primitiva de
,
es múltiplo de
o
.
Dado lo anterior, la transformación
es, en un dominio suficientemente pequeño alrededor del origen, una transformación conforme sin puntos singulares que equivalen para
infinitamente pequeño a una rotación del ángulo
alrededor del origen. Por otra parte sabemos que las funciones iteradas de
convergen hacia cero en
dominios congregados en torno de
y forman una estrella; estos dominios tienen en
un extremo del ángulo
. Consideramos a
de estos dominios encontrados sucesivamente sobre una circunferencia infinitamente pequeña de centro
y congregados en un sector de ángulo
. Sean
, estos
dominios que vamos a transformar sucesivamente por
. Obtenemos así
dominios que son designados por la Tabla siguiente
Se puede asumir que estos dominio son interiores al círculo
, siendo las funciones
hasta
, todas regulares y no tomando más que una sola vez cada valor en este círculo. Se sigue que los dominios de esta Tabla son dominios simples que no se translapan a sí mismos. Están por otra parte congregados en torno de
y todos presentan en
un extremo de ángulo
, las tangentes a estos puntos en
forman un haz isogonal cuyos ángulos recubren sin doble empleo un intervalo igual a
. Decimos además que estos
dominios no tienen punto en común.
En efecto, sea un punto que pertenece a un dominio inscrito en la primera línea
. Sabemos que
tiende a cero y que su argumento tiene por límite el ángulo
de
con la bisectriz del extremo del dominio
en punto
; para
,
no siendo necesariamente múltiplo de
, este argumento tendrá por valor límite
; la misma propiedad subsiste para todos los dominios de la Tabla; de lo que se deduce fácilmente que dos puntos perteneciendo a dos dominios diferentes tienen sus consecuentes distintos a partir de un cierto rango. Estos dos dominios no tienen entonces puntos comunes y coinciden solamente en
. Los dominios de la tabla forman entonces un ensamblaje estrella de igual estructura que la estrella considerada al inicio. Los dominios de una misma columna forman un ciclo, los consecuentes sucesivos de un punto de uno de estos dominios siendo periódicamente interiores a los
dominios del ciclo. Al contrario, dos dominios perteneciendo a dos columnas distintas están formados de puntos que nunca son iguales para las potencias de la substitución
.
Finalmente, todos los puntos del plano cuyos consecuentes tienden hacia el origen son antecedentes de los puntos interiores a los dominios de la Tabla, o del origen mismo. Dejaremos de lado las extensiones fáciles de las propiedades demostradas en los parágrafos anteriores refiriendo los valores asintóticos de y la ecuación de Abel. Demostramos además muy fácilmente que ni las
, ni ninguna de las series infinitas que podemos extraer, converge uniformemente en un círculo de centro
. Pues si existiera tal serie, podríamos extraer otra donde todos los enteros
serían congruentes entre ellos
y de la forma
; las funciones
convergiendo uniformemente en un círculo de centro
, y sería lo mismo para las funciones
que son las iteradas de una función de multiplicador
en el punto doble
. Entonces somos llevados a una cuestión ya resuelta. Señalemos también que podríamos completar la estrella obtenida por un conjunto análogo de dominios relativos a los antecedentes de un punto.
Hemos dejado de lado el caso donde es idéntica a
. Si es así, las funciones
son periódicamente iguales a las funciones
y entonces no convergen a cero. Esta circunstancia se presenta para las substituciones de primer grado
, y para aquellas que deducimos por la misma transformación conforme,
, con
holomorfa y nula, pero de derivada no nula para
. La relación
da entonces
esta última ecuación será de la forma solamente si
; desechemos esta hipótesis; tendremos entonces una substitución
, donde
no es de primer grado, cuya iteración indefinida conduce solamente a
substituciones distintas. Por ejemplo para
, podremos tomar
, con la determinación del logaritmo nulo para
. Además esta circunstancia no puede presentarse si
es una fracción racional de grado superior a
, o una función uniforme teniendo puntos singulares esenciales aislados, pues la inversa de dicha función jamás es uniforme según los teoremas de Picard.
Consideremos ahora el caso de un punto periódico cuyo multiplicador es de la forma
; si
es el periodo, seremos llevados al caso precedente que considera la substitución
. Obtendremos así alrededor de los
puntos del ciclo
ensamblajes de dominios o estrellas en las cuales las
convergen periódicamente hacia los puntos del ciclo; si
pertenece a uno de estos dominios, el punto
pertenecerá a la misma estrella pero a un dominio diferente si
; el punto
pertenecerá al mismo dominio que
; los puntos
tienden hacia el punto doble correspondiente sin salir de este dominio; de cualquier manera hay una doble periodicidad, una de posición la otra de orientación. Los dominios de las
estrellas forman así
grupos o ciclos
; dos puntos que pertenecen a dominios de dos ciclos distintos jamás son iguales para las potencias de la substitución dada.
Resta estudiar los puntos dobles cuyo multiplicador es de la forma , siendo
un número inconmensurable a
. Conocemos muy poco sobre estos puntos dobles, cuyo estudio desde el punto de vista que nos ocupa parece muy dificil. Consideremos primero una substitución de primer grado
; la iteración da
; los puntos
están distribuidos de una manera densa sobre toda la circunferencia de centro
pasando por
y la serie de las funciones
admite como funciones límite todas las funciones
, donde
es un número real cualquiera. Si establecemos como anteriormente
con
, obtenemos una nueva substitución
con
, que en general no es de primer grado y es tal, que los consecuentes de un punto están distribuidos de una manera densa sobre una curva cerrada analítica en torno al punto doble. Entonces en la vecindad del punto doble, los consecuentes de un punto (además del punto doble) no tienden jamás a ese punto. Pero dada la subtitución
, no es fácil ver si cae en la categoría anterior. Supongamos que no sea así: ¿existen entonces dominios cuyos consecuentes tienden hacia el punto doble? En este momento no podemos ni dar un ejemplo, ni probar que el hecho sea imposible2.11.
Ahora solamente vamos a estudiar los puntos dobles repulsores cuyo multiplicador es más grande que , en módulo. Si
es un punto de esta especie, existe un número real
comprendido entre
y
, tal que para todo punto
interior al círculo
, tendríamos
Si los puntos
son todos interiores a este mismo círculo, tendremos también
, cantidad que crece infinitamente con
; los puntos
terminan entonces por salir del círculo. Es claro que aparte del mismo punto doble, los consecuentes de un punto del círculo jamás tienden hacia el punto doble. Si
está definido y es uniforme en todo el plano y también racional para fijar las ideas, tendremos sobre una circunferencia de centro
y de radio
con designando el módulo máximo de
que se asume holomorfa para
. Si esta última ecuación no es satisfecha,
tiene al menos un polo sobre la circunferencia o en el interior. Por consecuencia, en todo círculo de centro
,
toma valores de módulo indefinidamente creciente con
. Como, por otra parte, siempre tenemos
, ninguna serie infinita extraída de los
puede converger uniformemente en un círculo de centro
.
La función inversa de , igual a
para
, es desarrollable para
suficientemente pequeño en serie entera:
El punto doble es entonces un punto doble atractor de multiplicador
para la substitución
. Entonces, en cierto dominio del punto
, los antecedentes de
obtenidos a través de la rama de la función
que acabamos de definir convergen uniformemente hacia
. Existe una función holomorfa y nula en
, de derivada igual a
en el punto que verifica la ecuación funcional de Schröder
de donde
La función inversa de ,
igual a
para
y holomorfa en este punto verifica la ecuación funcional
Ahora vamos a demostrar un teorema referente al conjunto 2.12 obtenido de los consecuentes de un punto, suponiendo siempre para evitar confusión
racional. Supongamos que este conjunto contiene el punto doble
de multiplicador
tal que
. Si este conjunto encierra otros puntos además de
(que es ciertamente el caso, como acabamos de ver, cuando
y cuando
no es un antecedente de
), encierra una infinidad que tiene a
por punto límite. En efecto, no siendo
un antecedente de
tendrá todos sus consecuentes distintos, sino
sería el antecedente de un punto periódico que coincidiría necesariamente con
, ya que
es un punto invariante y límite de ciertos consecuentes de
. Sentado lo anterior, tendremos, en un círculo de centro
y de radio
,
siendo un número finito pero más grande que
;
debe ser asumido suficientemente pequeño para que exista en el exterior del círculo un punto límite
de los
, lo que es posible ya que
no es el único punto límite. Siendo
un número comprendido entre
y
, y
un consecuente de
tal que
; puesto que los
tienen a
entre sus puntos límite, hay consecuentes de
cuya distancia a
es superior a
. Sea
el primer consecuente de
para el cual
; como
, tendremos
. El punto
es entonces interior a la corona
. Sea
, el primer consecuente de
después
para el cual
;
existe ya que
es punto límite de los
. Deduciremos como antes la existencia de
comprendidos en la corona
. Obtenemos así la serie de puntos
cuyos índices van creciendo, que son entonces todos distintos y todos interiores a la corona
. Tienen entonces al menos un punto límite en esta corona o sobre su contorno. Haciendo sucesivamente
, obtenemos una serie de coronas que tienden hacia el punto
y que todas contienen al menos un punto límite de las
. El conjunto
contiene entonces al menos un punto.
Vamos a dar, para terminar, algunos ejemplos de las diversas suertes de los puntos dobles que hemos estudiado en este capítulo.
Tomemos
. Hay un punto doble atractor, que es el punto doble en el infinito y dos puntos dobles repulsores que son los puntos
y
, cuyos multiplicadores son respectivamente
y
. Los
convergen hacia el infinito para
. En efecto, si
tenemos
Tenemos entonces
para
. Estudiaremos más tarde este ejemplo de una manera más concreta.
Tomamos en seguida
. Tenemos siempre el punto atractor
, y los dos puntos dobles repulsores
, de multiplicador
. Encontramos enseguida un ciclo de orden 2 correspondiendo a los puntos raíces
y
, la ecuación
y cuyo multiplicador es igual a
. La estrella del punto
se compone de dos dominios
colocados a uno y otro lado de la paralela al eje imaginario conducido por
y cuyos contornos son tangentes a esta recta; la estrella del punto
se compone de los dominios
ofreciendo una disposición análoga . Los consecuentes de un punto
de
son los puntos
interiores a
,
exteriores a
,
interiores a
y
a
. Tienden hacia
o hacia
permaneciendo sobre curvas tangentes al eje real (figura V).
Por último consideremos el ejemplo un poco más general
. Los puntos periódicos de orden
, siendo
primo, son los puntos raíces de la ecuación
es un polinomio en
, que tienen como primer término a
y como último término la unidad. Los puntos raíces de la ecuación precedente se distribuyen en
ciclos de orden
.
Sea
uno de estos ciclos. Su multiplicador será
El producto de los multiplicadores de los diferentes ciclos en número
será entonces
el producto siendo extendido a todas las raíces de
es decir
Si es arbitrario, podemos disponer de manera que esta expresión tome el valor que queramos. Si este valor es más pequeño que
, en módulo, habrá al menos un
, entonces al menos un ciclo atractor de orden
.